Se cuenta una historia que ciertos árabes que llegaron a París después de la primera guerra mundial, ellos no se sorprendieron al conocer el arco del triunfo, ni la tumba de Napoleón, ni tantas bellezas que está ciudad ofrece, para sorpresa de todos, lo que más les sorprendió a ellos fueron los grifos (las canillas) del cuarto del hotel donde se hospedaron.
Cuando termino su estadía y decidieron partir, se habían llevado todos los grifos de los cuartos de baño, porque pensaban: “Con estas llaves mágicas nunca nos faltará agua en el desierto ”, al momento de hacer entrega de la habitación y recibir reclamo por las llaves de los baños, se excusaron con el sorprendido conserje del hotel pero aun no entendían que la función del grifo solo era transportar el agua, no producirla, No lograban entender que el tesoro no estaba en la tubería.
Esta pequeña anécdota es para hacerte recordar que cada vez que creas que tu Pastor o líder religioso es un «súper ungido» o cuando pretendan hacerte creer que solo El «tiene el gran secreto para la unción», piensa que el hombre es solo un grifo, una sencilla tubería, como lo puedes ser tú también, el secreto no es el grifo, sino lo que sale de el, El secreto no es la cruz sino quien murió en ella, el secreto no esta en el hombre sino el Espíritu Santo que esta en el, Recuerda Dios no es a quien ves, sino a quien no ves.
TAYS SAMANTI
Que buena reflexión ! Felicidades.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, me alegra saber que fue útil. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Estoy de acuerdo contigo, hay que estar atentas y saber discernir entre la verdad y el instrumento.
Me gustaLe gusta a 2 personas
totalmente de acuerdo. y no perder de vista a quien seguimos.gracias por tu comentario, un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona